"ser madre"

"No es fácil", palabras sabias de una mujer, y las cuales mencionaba en cada una de sus conversaciones para justificar sus acciones.

martes, 15 de enero de 2013

Travesuras que espantan

Durante mi primer práctica de la licenciatura se acercó un grupo de niños emocionados para mostrarme algo que habían atrapado, uno de los niños traía en su mano una SERPIENTE, así es, una coralillo, luego me entere que esas serpientes no tenían veneno y la maestra titular me dijo que los niños estaban acostrumbrados a atrapar ese tipo de animales y que eso era cosa de todos los días en temporada de lluvias. Después creí q eso sería lo más atrevido y valiente que vería en mi vida que pudiera hacer un niño y más aún en edad preescolar; luego nacieron mis hijos y de pronto comenzaron las travesuras mas atrevidas que pudiera imaginar, sin dejar de mencionar lo peligroso de algunas de ellas.
No quiero asustarlas (os) por las cosas que hacen los niños, sino que quiero más bien mencionar que los accidentes caseros están a la orden del día y podemos prevenir muchos de ellos.

Cuando teníamos solamente a los cuates de entre los 10 y 11 meses comenzaron las preocupaciones por las travesuras. A esa edad ya dormían cada uno en su cuna y en otra recámara y cuando hacían berrinche por no querer quedarse a dormir a Izac le dió por aventarse de la cuna y lo hizo 2 o tres veces y se me ocurrió que seria menos peligroso si en lugar de dejar que se lastimaran los enseñaba a bajarse solitos de la cuna y así comienza todo. De repente llegaban visitas y les sorprendían que solitos se bajaran desde tan alto sin ni siquiera caminar aún, pero fue menos preocupante de que se dejara ir de cabeza hasta el suelo en uno de sus berrinches.

Luego paso lo de los "seguros en los muebles de la cocina" tan platicado por mi esposo y por mi. Resulta que en el mueble donde esta el fregadero o la tina para lavar trastes, guardaba los "químicos" para limpiar la cocina, el baño, vidrios, etc. y quedaban al alcance de los niños entonces decidimos comprar seguros para que ellos no pudieran abrirlos y pasara algún accidente, vino mi suegro con taladro en mano y tardo como una hora en ponerlos en todos los muebles de la cocina. A las horas los niños estaban tratando de abrirlos y notaron que no podían, y Rebekah en menos de 2 minutos metió la mano, jalo el gancho y logró abrir la puerta, hasta ahí llegaron los seguros. 
Travesuras como meterse a la chimenea y llenarse de tizne, comerse las croquetas de Layla y tomarle a su agua, brincar en la cama, jugar con el agua de la taza del baño y meter los cepillos de dientes y la pasta, brincarse por la ventana hacia afuera de la casa, quitar los seguros de los enchufes de la corriente eléctrica y conectar cables o aparatos eléctricos pasaron a ser "nada" a lo que se atreven a hacer ahora.
Cuando comenzaron a caminar, el pediatra nos recomendó usar seguros en las puertas pero no solo los de las chapas, sino de los que se ponen lejos de su alcance, al principio pensé que era absurdo porque ni siquiera podían quitar el de la puerta, para que querría el seguro de arriba... 
Hace ya unos meses mi esposo me llamo durante sus horas de trabajo para decirme que en un lugar cerca de donde vivimos alguien entro a una casa por la ventana y se llevó a la niña que vivía ahí de 4 o 5 años, y lo que hizo con ella prefiero no mencionarlo, y me decía que nos cercioraramos de poner seguros en las ventanas. Acostumbro a levantarme por la madrugada a ver como están los niños y en una noche, como a los 2 o 3 días del robo de la niña, me doy cuenta que Rebekah no estaba en su cuarto, grite asustada y desperté a mi esposo, la buscamos debajo de la cama, en el closet, en el cuarto de los niños, en la sala, en los baños y nada, al final fui a la cocina y la vi acostada y durmiendo toda hecha conchita junto a la puerta que da a la cochera, pueden imaginar el pánico que me dió verdad?  Al siguiente día fuimos a comprar unos seguros para ponerlos en las puertas aunque luego tuvimos que subirlos un poco mas porque parece que su ingenio para alcanzar sus propósitos va mas allá de lo que un adulto puede imaginar. A los meses pasó lo mismo con Izac pero después de buscarlo por toda la casa no se me ocurrió prender la luz y ver que estaba adentro del closet pero hasta el fondo, porque aunque suene raro a los papas se nos desarrollan los sentidos como super héroe o algo así y si se trata de los hijos  parecemos tener un don de adivinos o brujos, aunque esta vez el sentido común de prender la luz para ver mejor me falló

Los niños aprenden tantas cosas con tan solo observar y muchas veces las cosas que hacemos diario se nos hace tan común hacerlas frente a ellos y no pensamos en advertirles que ellos no deben hacerlas, como "rasurarse". Mi esposo (Luis) acostumbra a rasurarse todos los días por la mañana antes de ir al trabajo y a los niños les gusta entrar a ver que esta haciendo "papi" con la cara blanca por la crema de afeitar y esa cosa de metal llamada rastrillo. Uno de estos días estando en la cocina lavando trastes llega mi hija con la cara y la ropa toda ensangrentada, creí que se había pegado con algo en la nariz y por eso sangraba, pero al preguntarle me dijo que agarro "la cosa en el baño de papá" fui al baño y lo primero que encontré fue el rastrillo dentro del lavabo y gotas de sangre, y sí, se había cortado el labio superior. Siempre me asusto y preocupo muy fácilmente y si hay sangre lo hago mucho más, desde entonces el rastrillo se tiene que esconder o poner lo más lejos posible de su alcance; seguramente ella recordará la próxima vez que trate de jugar con él pero tengo que tener en cuenta que aún quedan dos que no han hecho la travesura.

Hay comida que puede ser tan peligrosa que llega a ser mortal. Se nos hace tan fácil darles fruta o vegetales y no supervisarlos mientras los comen y lamentablemente hay niños que han sido hospitalizados a causa de una uva, zanahoria o un simple gajo de naranja atorados en su garganta. Un primo de Luis es Medico y especialista en traumatología o algo así y platicó un caso triste con el que tuvo que lidiar y fue la muerte de un niño de 4 años que se atragantó con una uva, una miserable uva, y cuando llegó al hospital ya nada pudo hacer por él. Dicen que uno no aprende en cabeza ajena pero creo que hay excepciones en las que podemos aprender de otras situaciones. Así que una recomendación es que partan las uvas en trozos pequeños o a lo largo, lo mismo las zanahorias crudas pequeñitas también se parten a la mitad, los gajos de naranja procurar quitarles la piel y las semillas, las salchichas se cortan a lo largo para evitar asfixia, por lo menos hasta que los niños aprendan a masticar muy bien antes de tragar.

Correr es una actividad diaria en los niños y lo hacen muchas veces durante el día, un lápiz podría ser peligroso en sus manos en esos momentos, hay que hacerles saber a cada momento que mientras corren tienen que tener las manos libres sin objetos que puedan dañarlos si se llegaran a caer.
Cuantas veces no sabemos de niños que se han tragado las monedas, aunque después las "hagan" en el baño pueden causar asfixia y mientras son bebes hay que poner mas atención en lo que se llevan a la boca.
El jugar en el patio para ellos es más libertad, más diversión, pero para una mamá es mas preocupación, porque en realidad uno no puede estar viéndolos todo el tiempo mientras juegan ya sea adentro o fuera de la casa, así que las preocupaciones aumentan entre mas retirado están de nuestra vista. Al principio el cancel de la casa que da para la calle se mantenía cerrado todo el tiempo, luego tuvimos que poner el candado solamente colgado sin cerrar porque todavía no alcanzaban a bajarlo, ahora lo tengo cerrado porque más de una vez se me escaparon y ya cuando acorde estaban en la casita de muñecas que tiene la vecina, muy cómodos jugando como si estuvieran en su casa. 

La lavadora y secadora se volvieron un peligro por un tiempo, se metían a jugar y se encerraban unos a otros, de pronto un día al salir a ver que hacían en la cochera, me di cuenta que faltaba uno de los niños y solo se escuchaban gritos como sordos, y me acerque a la secadora y sí ahí estaba Joel adentro, gritando para que le abrieran, y por más que intentó mantener la calma los gritos para reprenderlos por lo que hacen salen de mí esperando que aprendan que es peligroso encerrarse dentro de la secadora o la lavadora.



 Los muebles de la casa en algunas ocasiones son peligrosos en especial los aparatos electrónicos o muebles que se pueden caer encima de ellos. La exploración es una habilidad innata en los niños y por consiguiente todo lo que esté a su alcance puede ser un peligro si no están supervisados por un adulto. Quién no recuerda las televisiones como cajas enormes y pesadas que afortunadamente poco a poco son menos y menos los golpazos que se dan los niños con ellas; actualmente las hacen muy delgadas y livianas -pero carisimas- así que es más fácil que los niños se las puedan echar encima o simplemente tumbarla y hacer que estrenes televisión. Mis hijos, en cuanto pudieron lograr subirse al mueble de la televisión se agarraban del aparato para asomarse a la ventana o simplemente para estar moviéndola y en cuanto hubo oportunidad tuvimos que comprar un cordón o algo así que se atornilla de la tv y en el mueble, pero aún así no esta demás asegurarse de que no se suban a los muebles a jugar.
 Los productos para la limpieza son los que deben estar siempre lejos del alcance de los niños y no está de más colocarlos en lugares altos para mayor seguridad. Ya les había mencionado que los niños pudieron quitar los seguros de los muebles en la cocina, así que tuve que subir todos esos productos encima del refrigerador y aunque les pusiera el seguro que viene en cada botella aún así llegó el momento en que pudieron quitarlo también y las medidas de precaución aumentaron lo doble. En una ocasión deje el "windex" encima de uno de los muebles en la cocina y mientras salí a poner una ropa en la lavadora los niños lo agarraron y jugaron con él pero la tragedia ocurrió cuando uno de los niños grandes le roció bastante en los ojos a Joel, el más chico de mis hijos, al darme cuenta le enjuague los ojos con mucha agua y al terminar leí las indicaciones que venían en la botella y decía lo que podía ocasionar si caía en los ojos era irritamiento y lo que debía hacer; después de unos 15 minutos y con Joel en brazos me dí cuenta que ya no abría los ojos para nada, aunque le hablara no podía abrirlos, así estuvo como por media hora y decidimos llevarlo a emergencias. Le hicieron un lavado de ojos que fue doloroso para el y un sufrimiento para mi porque tenia que detenerlo fuertemente para lograr que el liquido le cayera en los ojos; su llanto me hacia sentir cada vez mas culpa por no haber puesto la botella en un lugar seguro. La regañada por parte del doctor fue justa y al siguiente día atornille una tabla en el garage y en alto para poner todos los productos que tenía en el refrigerador.

En una ocasión escuche en una noticia por televisión en la que decían que había muerto un niño de 2 años en la bañera y esto sucedió porque a la madre se le ocurrió ir a revisar a la computadora su facebook!!!! En la declaración que dio dijo que como su hijo era muy independiente se le hizo fácil dejarlo un ratito solo. Perdón???? Los niños a los 2 años pueden ser independientes para comer, vestirse, caminar, subir y bajar escalones, pero ningún niño a esa edad es independiente para bañarse solo en la tina del baño!!!

Cuando mis hijos hacen travesuras tan peligrosas me siento un poco culpable y siento que el trabajo diario no esta bien hecho, me frustra tanto pensar que se me escapen de las manos todas esas travesuras y algunas de ellas las siguen haciendo, así que el sentimiento de culpa sigue ahí. En realidad no es fácil lidiar con tres niños al mismo tiempo, su inteligencia e ingenio sobrepasan mi imaginación y algunas veces no está a mi alcance evitarlas. 
Mis hijos se cuelgan de todos lados, se suben a los muebles más altos, hacen pirámides con objetos para alcanzar cosas, quitan los seguros de las puertas con monedas o con las uñas, desarman los juguetes con una facilidad y a veces creo que todos los niños son traviesos pero tres al mismo tiempo es mas estresante.

La prevención de accidentes está en nuestras manos, aunque alguna que otra vez se nos escapan; el procurar que no se acerquen a la estufa mientras se esta cocinando, dejar el mango de las ollas o cacerolas siempre hacia adentro de la estufa, evitar que jueguen con fuego, enseñarles lo peligroso que es jugar con cuchillos o tijeras, enseñarles que no se escondan o jueguen debajo de los carros... siempre es necesario pensar que cualquier cosa peligrosa puede pasar con una simple travesura de un niño.
Saludos y mucho ojo con los niños en la casa y fuera de ella.






martes, 4 de septiembre de 2012

Entrenamiento para ir al baño... Cuánto dura???

Días, meses... muchos meses pasaron para que mis cuates lograran ir al baño pero por fin lo lograron. Cumplidos los 2 años, todavía seguían en terapia ocupasional y la maestra me sugirió que debía comenzar con el entrenamiento para usar el baño y les leía un libro de Elmo que si no lo aprendieron por lo menos si los entretenía.

Empecé con los dos al mismo tiempo, y me compré mis dos paquetitos de pañales entrenadores, uno de "Dora la exploradora" y el otro de "Cars", por cierto muy caros y poquitos, pero bueno por algo tenía que comenzar. Procuraba llevarlos al baño cada 15 minutos, pero realmente era demasiado cansado y no me quedaba tiempo para hacer mis demás quehaceres en la casa y además mi bebe también requería tiempo porque tenía que estar cada 3 o 4 horas dándole de comer. Total, me enfadé y mejor opté por llevar a uno sólo y si lograba que uno lo hiciera entonces a lo mejor el otro aprendería más fácil y como mi hija es quien hacía las cosas más pronto que el niño pues tome el entrenamiento primero con ella.
Los pañales entrenadores sinceramente NO sirvieron porque se confiaban y no me avisaban cuando querían hacer, pienso que creían que era pañal y por eso se mojaban en él; luego compré un bañito entrenador -de esos que aparte de bacinica luego se pueden poner en la taza del baño- y oh sorpresa, el primer día yo toda emocionada porque la niña me avisaba cada que sentía que salía la "pipis" y yo pensé: lo logré y nada, al siguiente día todo siguió como antes. ya para este tiempo llevaba más de 2 semanas llevándolos al baño cada 15 minutos, más o menos.
Luego, mi siguiente compra fueron sus calzoncitos de tela. Esto fue peor de lo que imaginan, ellos seguían sin avisarme y en donde estuvieran jugando ahí se hacían, mi casa era un desastre!!! y yo de verdad me enojaba, me frustraba e imaginaba que no iba a terminar nunca con el dichoso entrenamiento.

Son muchos los consejos que hay para lograr que aprendan a usar el baño y en el momento usaba todo o la mayoría de consejos que me daban pero no me resultaba nada. Había quien me decía que usara los pañales entrenadores que se ponen fríos cuando se mojan en él, pero la verdad ni siquiera lo pensé y no los usé, no podía imaginarme la sensación que sentirían mis hijos cada vez que se mojaban y hasta se me figuraba que mejor no querrían hacer la próxima vez y bueno... también traté de quedarme por varios minutos en el baño con ellos para esperar a que tuvieran ganas de hacer y lo hicieran ahí; procuraba contar cierto tiempo de la última vez que tomaban agua y llevarlos para que no se hicieran en su calzones; pregunté a una amiga de toda la vida, Rebeca, ella con más experiencia que yo, con dos hijos más grandes probablemente sabría aconsejarme y me dijo que a su niño más chiquito le gustaba mucho Elmo y ella le compraba calzoncitos de Elmo, también dijo que se fijaba si se movía raro entonces lo llevaba y estar constantemente preguntándole; de verdad que todo eso lo hice, les compre calzoncitos de florecitas y al niño de unos muñequitos y por cierto que a mi hija le prometí calzones de TinkerBell y hasta la fecha no han llegado a casa... pues aún así con calzones todos coloridos y con dibujos no lograba que fueran al baño.
Pasaron alrededor de 8 meses para hacer que Rebekah me avisara la mayoría del tiempo cuando quería ir al baño, y un poquito más para que Izac lograra hacer lo mismo, pero con él batalle un poco más, porque sí me decía que quería hacer "pipis"pero no "popo" y me estresaba demasiado, la verdad que si los regañaba y mucho cuando se hacían en sus calzones y después pensaba que si no estaban listos todavía ya llegaría el día en que lo estuvieran... También me dió por contarles historias cuando iban al baño y de verdad que eso me funcionó mucho, sólo que mis historias eran inventadas -por cierto que después que volvía a contar la historia de Almendrita que era la que rifaba con ellos y se me olvidaba ni tardos ni perezosos me corregían- pero con esas historias nos quedabamos en el baño un rato los cuatro, quien usara el baño y los otros dos de mis hijos simplemente oyendo mi historia; después iban al baño animados porque les iba a contar una historia, pero no se si fue perjudicial porque luego que ya iban al baño no querían ir sin que yo los acompañara para contarles "una toia". Poco a poco fueron aprendiendo y ahora por fin después de 1 año y 1 mes y después de mojadero de pipis por donde quiera, de corajes incontables, de experimentos y consejos por fin lograron usar el baño solitos.


Es una ayuda enorme el que los niños aprendan a hacer cosas por si solos que te deja la satisfacción de saber que todo ese tiempo y esfuerzo invertido valió la pena y sin olvidar la ayuda económica que es el dejar de comprar pañales desechables; nosotros comprabamos una caja de 254 pañales cada 15 días!!! y eso gracias a que mi bebe usaba la misma talla que ellos sino tendría que comprar de diferentes tamaños. Se pueden imaginar el gasto que es eso? y de contaminación al medio ambiente mejor ni hablamos porque contribuí con mucho.
Como madre primeriza tenía que batallar con esto pero de verdad que ese periodo de entrenamiento fue muy frustrante para mi, me enojé, hice muchos corajes y los regañé muchísimo, así que lo único que puedo hacer es felicitarlos y aplaudirles cada vez que usan el baño y si me tengo que quedar a contar historias inventadas de nuevo para que mi último bebe aprenda a usar el baño lo tengo que hacer, aunque él ya perece estar listo para ir, gracias a que observa que sus hermanos ya lo hacen, pero creo que tengo más paciencia en estos momentos.
Por esta vez mi único consejo es que cada madre, padre, tío, abuela, abuelo o quien esté a cargo de un niño en esta etapa tenga PACIENCIA!!! añorada paciencia, que ésto es sólo el principio de una independencia para los niños y tratar de pensar que si no hacen alguna cosa es porque todavía no están listos para hacerlo y sólo hay que seguir insistiendo para que lo logren y no perder nuestros "estribos". Es bien dicho que todos los niños son diferentes y en este aspecto aún más porque habrá niños que tarden sólo unos días para aprender a ir al baño y hay quienes pasan meses o años para que puedan controlar sus esfínteres y sólo nos queda ayudar en lo posible para que puedan hacerlo solitos.
Un abrazo a todos esos niños que ponen todo su esfuerzo en aprender cosas nuevas y a las mamás que no desisten en lograr que sus hijos cumplan con sus objetivos.

viernes, 4 de mayo de 2012

Soy una mamá preocupona

"Déjalo, así va a aprender..."  Esta es una de las frases que usa mi esposo cuando mis hijos están peleando por algo, se acaban de caer o están a punto de hacerlo. Desde que nacieron mis gemelos me hice una mamá  preocupona, muy preocupona para algunos. Les he contado que tuve un parto prematuro de 26 semanas, fueron gemelos y por esa razón tuvieron que estar en el hospital al rededor de 3 meses y dos de ellos en incubadoras, llenos de cables que los ayudaban a mantenerse con vida; yo pasaba horas con ellos, desde las 9:00 a.m hasta las 6:00 pm -a veces más, a veces menos- por el cambio de turno de las enfermeras regresaba a la casa de las 6:00 a las 8:00 -ya que no se permitian las visitas- con decirles que hasta las enfermeras me pedían que me fuera a descansar, -y ¿de qué descansaba? Si hubiera sabido lo que me esperaba cuando llegaran mis hijos a casa, probablemente habría hecho caso- y cuando salia mi esposo del trabajo ibamos otro ratito en las noches. Bueno el punto es que yo me preocupaba "porque sonaba la maquinita y aparecía una luz titilante en la pantalla", mi ansiedad para que vinieran a ver lo que pasaba la reflejaba en la mirada, "ya le cambiaron  la incubadora... ¿por qué lo harían? ¿qué tiene de diferente ésta que no tuviera la otra?", "ya pasaron las 3 horas y no han venido a cambiarlos de posición"... Cuando empezaron a comer por su boca, me temblaba la mano al sostenerlos y tratar de darles su biberón, tenía que estar mirándolos todo el tiempo para que no se fueran a atragantar con la leche; cuando los ponía a repetir, me enseñaron a sostenerlos en una posición que a una madre de por lo menos 55 años o más se infartaba si me vieran como lo hacía. Al llevarlos a casa, como ya no había aparatos que me avisaran con sonidos ni luces que estaba bajado su ritmo cardiaco, por las noches me despertaba cada 15 minutos para cerciorarme que estuvieran respirando. Conforme fueron creciendo se hacía más constante mi preocupación, "ya le esta saliendo moquito, creo que voy a llevarlo al doctor", "no se tomó las 4 onzas! no puedo dejar que se duerma sin que se haya tomado toda su leche", "ya lleva como 5 horas seguidas durmiendo, lo voy a despertar para que coma", " ¡oye no! esta haciendo un frillazo y yo como voy lo voy a sacar así, deja le pongo unas dos cobijas sobre el porta-bebé", sin contar lo arropados que ya los traía.
Yo no se si todas las mujeres sean así cuando comienzan a ser mamás, pero son situaciones que me parecían tan preocupantes que en ocasiones de verdad que me quitaban el sueño.
Pensaba que al tener a mi tercer bebé iban a cambiar un poco las cosas pero seguían igual -bueno exagero, si disminuyeron las angustias-. Cuando llegó Joel, mi niño que pesó 8 lbs (al rededor de 4 kgs) al nacer, practicamente a término, estaba muy sano y de igual manera me despertaba por las noches a asegurarme que estuviera respirando, que no durmiera tantas horas seguidas para poder darle de comer, que estuviera bien tapado cuando salieramos, situación por la que me preocupo hasta la fecha y él hasta se destapa solito.
Una mamá, siempre se preocupa por sus hijos, y se ocupa de ellos, algunas otras exageramos nuestra angustia pero es una cualidad que viene incluida en el paquete de ser mamá.
Cuando comenzaron a caminar, todo el día estaba con "el Jesús en la boca" -y una que otra palabrota, para quienes saben como me las gasto para hablar-, cuando empezaron a comer solitos me preocupaba porque se comieran todo lo que les había servido, cuando salían con las tías o abuelos y yo no estaba presente, esperaba a que llegara la hora en que regresaran a la casa: "¿les darían de comer?", "¿les habrán cambiado el pañal?", "es su hora de dormir, ojalá que si hayan dormido porque sino van a andar bien latosos después". 
Conforme van creciendo los hijos las preocupaciones cambian, mas no disminuyen, y creo -aunque no puedo asegurarlo porque nunca tuve la oportunidad de ser madre de un solo hijo- que es la misma pesadumbre por cualquiera de tus niños, sea hombre o mujer, sean 1, 2, 3 o más.
A veces desearía convertirme en una criatura mitológica, con más de dos manos que además fueran flexibles y expandibles, ojos que pudieran salir de mi cabeza y lograr ver lo que hacen mis hijos cuando no están a mi alcance, lograr alcanzar velocidades inimaginables para estar justo a tiempo cuando mis hijos me necesitan. Y que decir de las vacunas, si supieran las pobres enfermeras lo que pasa por mi mente cada vez que les pone las jeringas en su cuerpecito... El aspecto de la salud me hace todavia más preocupona que cualquier otra cosa.
Los consejos de otras mamás siempre son de ayuda, aunque hay algunos que realmente ni siquiera te tomas la molestia de poner en práctica. Nadie estamos exentos a que nos suceda algo, por más seguridad con la que se cuente, los accidentes y las desgracias pasan y lamentablemente no tenemos cómo impedirlo, pero si podemos prevenir muchas de estas preocupaciones. 
Ahora retumban en mi cabeza las palabras que mamá decía: ya tendrás tus hijos y entonces sabrás el dolor que siento cuando algo te pasa. O eso que hacía mi madre de esperarme despierta por las noches mientras yo andaba de fiesta o simplemente fuera de casa y tener la incertidumbre de no saber lo que pasaba conmigo, solamente de pensar que llegue ese día sacudo mi cabeza rápidamente, como para hacer que se vaya de mi mente esa imagen y no se convierta en realidad. 
La preocupación por los hijos no va a desaparecer y sólo nos queda hacernos las fuertes y valientes para no desfallecer de terror.



Si no me caso...

(Aguas, por que voy con todo y no respondo chipote con sangre sea chico o sea grande)

Esa idea: "Si no me caso..." siempre estuvo en mi mente desde que comenzaron mis ventitantos. En una busca fallida de un hombre bueno, responsable, trabajador, guapo y que me amara (porque ese siempre fue el consejo de mi madre: buscar a un hombre que las quiera y las respete) comenzaba a planear mi futuro como una madre soltera. No podía imaginar mi vejez estando sola, sin alguien con quien platicar lo hermoso que había sido mi vida, llena de tantas aventuras, amigos incontables, a quién le iba a dar consejos y recordarle que cada paso que das en tu vida trae consecuencias a veces divinas y otras de las que no quisieras ni acordarte.
Provengo de una familia unida, un matrimonio sólido por más de 30 años y seguro que mi idea no concordaba con la educación que recibí de parte de mis padres. Ya llegados los 24 comenzaba la inquietud de tener un bebe, pero nada, no pasaba nada todavía.
Las mujeres contemporáneas, considero que tenemos un plan de vida con calidad, queremos una estabilidad económica para no depender de nadie, pensamos en lo que nos espera si no tenemos estudios académicos básicos y más aún una carrera con su especialidad como mínimo, deseamos ser mujeres libres y con el poder de sobrevivir solas, pensamos en mantener una relación estable con quien formar una familia y que comparta contigo tus ideales y sueños y en lo que menos pensamos realmente es en la edad de poder concebir un hijo. Y  todas estas ideas cambian desde el momento en el que te conviertes en madre, sea estando soltera, casada, con novio o simplemente cuando decides ser madre por el método que quieras, y que decir de las mujeres que son madres sin siquiera haber parido, cuando se encargan de niños que por una u otra razón llegaron a sus vidas y decidieron criarlos y darles el amor que sabe dar una madre . Pero no falta la piedrita en el zapato y surgen comentarios como éstos: "chivo brincado, chivo quedado", "pues ya se te está llendo el tren y tú todavía nada", "¿como que ya fue mucha fiesta no? deberías de pensar en ir teniendo aunque sea un hijo", "pues ya llevan sus añitos de casados... ¿para cuándo llega el bebé?". Estos comentarios no le hacen nada bien a nadie, sea hombre o mujer, porque si bien una mujer es la que se embaraza, cuando el hombre es responsable de un hijo también entra en esta "cajita".
¡Por favor ! Somos adultos y como tales debemos de entender que el tener un hijo es una enorme responsabilidad y no podemos estar complaciendo a unos cuantos que solamente están "cagando el palo" con ese tipo de comentarios. La decisión de "querer" ser madre es muy personal y exclusivamente de nosotros, y no voy a profundizar en el tema del aborto, porque yo soy madre de tres hermosos niños, así que pueden ya imaginar el concepto que tengo sobre esa postura; pero me refiero específicamente a esa pelea mental de algunas mujeres al recibir tantas pedradas (expesión dicha con intención de molestar o herir a alguien).
Cuando te conviertes en madre, se acumulan los gastos y la estabilidad económica que se esperaba tener para la llegada de un hijo por arte de magia se va desmoronando. Tener un hijo no solamente es darle amor, implica darle alimentación, vestido, un techo donde vivir, atención médica, una educación y todo esto es por muchos años, por lo menos hasta que sea mayor de edad y pueda contribuir un poco a que disminuyan los gastos. ¿Y toda esa gente que te aconsejaba que ya era la hora de tener un hijo, qué? ¿acaso están ahí para ayudarte en ese sentido? Esa libertad que se desea tener, ¿a dónde se fue? de pronto aparece ese ser pequeñito, que basta solamente de un quejido para atraer tu atención y pasados los meses tienes a esa personita siguiendote a donde vayas y que haces cosas raras para darte una escapada, aunque sea afuera de la habitación.
Bueno, probablemente si me pase de tueste pero es la verdad. Y no quiero asustar a quienes todavía no tienen hijos pero si hacerles saber que si deciden tomar esa responsabilidad pues como tal hay que afrontarla y asumir tu papel como madre, dejar salir hasta la última gota de sudor por el bienestar de nuestros hijos, sin olvidar por supuesto y como algo fundamental el entregarnos en cuerpo y alma para hacerles saber que si están en este mundo es porque son amados por nosotros y que haremos hasta lo imposible por hacerlos hombres y mujeres dignos de ser respetados y admirados.


  • Estas palabras van para tí, mujer que ante cualquier obstáculo buscas la manera de derribarlo, que en las buenas y malas estas ahí, firme y sin dar un paso atrás, y tienes las palabras precisas en el momento que se necesitan, que soportas conmigo las tempestades que se presentan y sacas las fuerzas de donde quiera para lograr que no decaiga y siga de pie . Mi gran "Amiga"
  • Para tí, que con la sensibilidad a flor de piel todo el tiempo logras esquivar con una fuerza descomunal hasta el mayor de los problemas, mujer justa, cabal y respetada. Mis pensamientos están contigo a cada momento y haces que recuerde lo poderoso que puede ser una palabra y aprender que el silencio no siempre es la mejor respuesta. Mi "Hermana" mayor.


jueves, 3 de mayo de 2012

La crianza de los hijos

Es aquí dónde comienza -probablemente- la controversia con mis ideas de criar a los hijos y las de mis lectoras (es).
Para quienes lo desconocen, estudié la carrera de educadora (la pedagogía  moderna prefiere el término de educador al de profesor) y los métodos, estrategias y herramientas que usa una maestra para lidiar con por lo menos 15 niños en una aula (y a veces hasta 40 o más) son incontables y yo me traje algunas de esas para ponerlas en práctica con mis hijos. En una ocasión mi hermana me dijo en una visita que tuvo a mi casa, "esque tú eres bien regañona, pobres de tus hijos..." Fue como una cubetada de agua fría cayéndome en la cara; no dije nada. ¿Será que si soy bien regañona? Pues a mi parecer no lo soy. Obviamente todo el día estoy llamando la atención de mis hijos y los que me han escuchado hablar saben que mi voz no es nada suavecita, así que parece que todo el tiempo estoy regañando o gritando, pero no puedo controlar el vocerrón que me cargo.
Soy regañona por esto:
-no te lleves el plato de comida a la cama, sala, afuera... el lugar de comer es en la mesa
-tómale a tu vaso y déjalo de nuevo en la mesa, si están jugando en otro lado pues vienes, le tomas al vaso y lo dejas de nuevo en la mesa.
-quítate los zapatos al acostarte en la cama.
-sus cobijas, -frazadas o como se llamen- sólo las usan dentro de la casa porque afuera se llenan de pelos de Layla (una perra labrador y con unos 5 añitos de edad).
-si usas un juguete lo guardas de nuevo en su lugar
-las bolsas de mi pantalón o de cualquiera, no se esculcan y mucho menos las bolsas de mano. Entre otras cosas. Claro que soy tolerante en algunas ocasiones pero si no controlo esas situaciones me pregunto cómo me traerían. Ya sé, a más de una le pareció coincidir con la opinión de mi hermana, pero creanme que son consejitos que ayudan a mantener el orden en el hogar y fuera de él.
Una "buena educación" es relativa y mis métodos utilizados no son nada comparados a los que usa por ejemplo una madre oriental, ¿sabían que las mamás orientales, cuando algo sale mal, colocan toda la culpa sobre el niño? Señalándole que de él depende superar los obstáculos. Las mamás orientales creen saber qué es lo mejor para sus hijos, dejando los deseos de los mismos a un lado¡Por Dios!, son mis hijos y si los beso, acaricio, abrazo, y les repito que los amo a cada momento no los hará menos seres humanos! O que tal las madres hindúes, consideran que la meada de los hijos varones atrae el dinero y no importa si se hacen la pipis dentro de la casa y en cualquier lugar; así que yo, como tengo dos hijos varones, voy a dejar que se anden meando por donde quiera, y ¡qué importa, si me voy a hacer millonaria!
Probablemente si soy algo disciplinada en cuanto a su comportamiento se refiere, pero no significa que voy a dejarlos que dejen su niñez a un lado.
Tengo una vecina, que creo yo, es inglesa, pero como nunca se sonríe ni mucho menos te dirige un saludo pues no se mucho sobre ella -a parte jajajaja yo no hablo inglés y ella nada de español y supongo que nuestras conversaciones no llevarían a nada-, en fin, tiene una niña de no más de 5 años y muy pocas ocasiones son las que a la niña se le ve jugando afuera, y siempre tan cambiadita y limpiecita, pero mis hijos, que tal, solo piden chamarra y ya están listos en la puerta de la casa para salir a jugar y lo primero que les pido que no hagan es lo primero que hacen, "no se vayan a echar el agua de Layla encima" y pasados 5 minutos ya están empapados del agua llena de babas de la dichosa mascota, se llenan de tierra, se abrazan de la perra y quedan llenos de pelos, se tragan las croquetas de Layla... Entonces quizás para la vecina, en ese sentido yo no seria la madre más ejemplar.

 

Las palabras "nadie te enseña a ser madre" son tan ciertas que hasta que no lo vives lo entiendes. Pero el que seas una madre permisiva no significa que vayas a dejar que tus hijos destruyan todo lo que se les ponga a su paso y el que seas estricta no quiere decir que no  les permitas vivir su infancia. 
¿Lo ven? Es tan diferente y variada la idea que tiene cada madre, incluso mujeres sin hijos, de cómo debes criar a los niños.
No puedo dejar de mencionarles algo que me molesta horrores y es el que las madres hagan comparaciones con otras de lo que hacen sus hijos y cómo lo han echo ellas para lograr que así sea. Yo como madre de niños prematuros odiaba que la gente me dijera: "¿todavía no caminan?, mmm mi hija a los 7 meses  empezó a caminar...", "¿ya hablan? todavía no? mmm mi hijo todavía no le salían los dientes y ya se le entendía bien clarito lo que decía..", "¿todavía están usando pañal? mmm el mio al año ya pedía ir al baño y ya no se hacia en la cama por las noches..." y yo de tonta tratando de justificar: "es que nacieron prematuros y van un poquito atrazados en su desarrollo comparado al de un niño regular", ahora digo que ESTUPIDEZ. ¡A quién tratan de impresionar con esas alabanzas de el cómo le hicieron para que sus hijos hicieran todo tan rápido! Claro que presumo -cómo se habrán dado cuenta ya- por todos lados, y lo hago con bombos y platillos cuando mis hijos hacen algo nuevo, pero no tengo porque menospreciar el que otros niños no lo hagan todavía y menos restregárselo a las mamás; a mi ¡qué me interesa que el niño de enfrente todavía no camine! ya tendrá su día en el que lo pueda hacer y si no llega pues para eso esta la medicina que en mucho ayuda... y de verdad que Dios siempre sabe a quien le da esas lecciones de vida y jamás se equivoca.
Un saludo a todas las mujeres que con tanto esfuerzo criamos a nuestros hijos sin esperar NADA a cambio, mmm bueno a lo mejor si recibimos un besito o un abrazo de nuestros hijos nos sentiremos bien pagadas.

"De verdad??? nuevamente embarazada???"

Estaba en  los últimos días del mes de marzo de 2010, esperando la alerta del teléfono para notificarme que mi periodo se aproximaba y estaba ya a la vuelta de la esquina. Pasó mi día 27 y no hubo rastro alguno. Llegó el día 28 y nada, no me preocupé. Se presentó el día 29 y ahí comenzaron  mis sospechas, porque nunca fallaba la cuenta. Se lo comenté a Luis y sólo decía: "no te apures..." Por fin un día de los primeros de abril le dije a mi esposo: "ya no puedo más, cuando vengas del trabajo llegas a la farmacia y me traes una prueba de embarazo y nos sacamos de dudas".
Al día siguiente Luis llegó del trabajo y con la prueba en la mano entramos al baño juntos; con una mirada desconcertante y una cara de susto que teníamos los dos, esperábamos la respuesta. Al sacar la barrita que ya algunas conocen, fueron apareciendo poco a poco en los recuadros las lineas que nos anuncian el "si" y "no" y luego de llenado el primer cuadrito se fue tiñendo la línea del segundo recuadro y ahí estaba él, mi segundo embarazo; ¿saben que pasó luego? Acertaron, solté en llanto y abrazada a mi esposo sentí que el mundo se me venia encima.
Hay para quienes esta reacción sería de lo más ilógica, por qué tendría que asustarme si ya había sido madre y además ya estaba casada, teníamos una casa propia, mi esposo tenia trabajo, todo lo contrario a mi primer embarazo. Yo estaba apenas acoplándome a mis bebés, ellos apenas tenían 9 meses de edad, aún no caminaban, estaba aprendiendo a llevar una rutina con horarios, si y aunque parezca raro, tenia que hacer ciertas cosas a una misma hora para no volverme loca, aunque de igual manera te pasa teniendo dos bebés al mismo tiempo. No podía hacerme a la idea de que iba a dejar de darles todo mi tiempo y atención a mis chaparros, el dejar de andar gateando y revolcarme con ellos mientras aprendían a caminar, cargarlos al mismo tiempo y tantas cosas que soñaba que algún día haría con ellos. ¿Que egoísta verdad?
Después de pasado el susto y hacerme a la idea de que había un nuevo ser en mi vientre que dependía de mi completamente para poder estar sano, regresaron las visitas al doctor y los cuidados de mi persona. Yo no entiendo por qué a los doctores -y alguna que otra gente metiche- pareciera que les molestara que una mujer ya con hijos nuevamente se embarace;  mi primer visita al doctor fue también mi terapia mareadora de que fuera pensando en "qué método anticonceptivo iba a usar cuando terminara mi embarazo", perdón pero apenas llevo como mes y medio de embarazo y ¿ya me están alistando para que pare de tener hijos? Total,  a esas alturas lo único que quería es que mi bebe llegara a término y sano.

Mi barriga seguía creciendo y mis quehaceres en el hogar también. Mis hijos no esperaban siquiera a que amaneciera cuando ya estaban llorando pidiendo de comer, algunas veces en las madrugadas, mientras me levantaba a revisar a mis crías a su cuarto que estuvieran bien y a darles su biberón -mamila, teta o como le quieran llamar- y ya de regreso a la cama, me imaginaba el cómo iba a hacerle cuando llegara el nuevo bebé, en qué momentos iba a dormir y a descansar y salían lágrimas y gritos ahogados en mi garganta al imaginarme el caos en el que se iba a convertir mi vida.
Siempre hay gente para todo, quienes te dan ánimos y otros quienes te flagelan con sus comentarios nada alentadores de lo que te esperaba. Las mujeres, principalmente madres y con hijos crecidos, eran quienes me decían: "no te preocupes todo va a pasar y cuando menos te lo esperas el trabajo se va ir haciendo menos pesado, tu disfruta a tus hijos y vas a ver que se te va a pasar tan rápido que después vas a decir mmm y cuando pensaba eso... y cuando me levantaba por las madrugadas... y cuando...".

Al entrar el séptimo mes, ya la había librado, mi embarazo seguía bien y además era un solo bebé, si ya la había hecho con dos al mismo tiempo... nimodo que no pudiera con uno solo, ah pero se me olvidaba, también tenia 2 chiquitos. Y que comienzan mis pesares que hasta la fecha todavía son causa de burla por parte de mi esposo. Mi espalda se encorbaba mientras estaba sentada, mis costillas me lastimaban al sentarme ¡y me lastimaban mucho!, las noches se volvían cortas y el insómnio era cada vez más continuo, mi "coxis" (s. m. Hueso final de la columna vertebral formado por la unión de las últimas vértebras) y palabra que al escucharla Luis, se reía hasta soltar el llanto, -¿por qué? Quién sabe- me dolía tanto que tenia que acostarme en la cama de lado, porque si lo hacia boca arriba luego, de verdad, no podía darme vuelta y después de un tiempo boca arriba comenzaba a sofocarme y ¿saben lo que hacia para poder acostarme de lado? Despertaba a mi esposito para que me ayudara a hacerlo -y de paso pa' que se le quite el andarse burlando de mis quejidos-. Por las mañanas, que era cuando mis hijos me veían acostada, me cuidaba de que no se me treparan a la panza y que no me fueran a patear. Durante mi jornada diaria me agachaba a levantar cosas, me mal-pasaba en mis horas de comer, subía, bajaba, barría y trapeaba porque aunque son cosas que el doctor te recomienda que "no debes hacer" las "tenia que hacer" ya que mis hijos estaban en su etapa de gateo y de verdad que como madre primeriza lo último que quería era que mis hijos se llevaran las manos sucias a la boca y se fueran a encontrar con cositas raras en el suelo que fueran peligrosas -ahora que puedo hacerlo ni siquiera lo hago todos los días-, bueno mis dolores eran cada vez más y hasta el caminar se volvía agotador.
Entrado la semana 37 comienzan nuevas molestias y preocupaciones porque comencé a dilatar y nuevamente todavía no me tocaba aliviarme. El médico me decía que no era preocupante porque ya estaba casi a termino así que no me preocupe -sí, cómo no-. Pues como este niño no se podía quedar atrás, que se dejar venir a las 38 semanas.
28 de noviembre de 2010, de nuevo en el quirófano, la mitad de la gente que en mi parto pasado, y como en 20 minutos se escucha el grito estruendoso, y me enseñan por encima de una tela que cubre la vista por debajo de mi pecho a un bebote gigante, con una melena... que hasta una colita se le podia hacer, unos cachetotes y una nariz achatada. Lo limpiaron, lo envolvieron en una sabanita como un cacaguate y me lo dieron, este niño llevaba encima el doble del peso que mis cuates juntos pesaban, fue entonces cuando concluía el por qué de mis molestias y lo pesado que se volvió el caminar.

                                 Joel Salas, 8 lbs. y 3 oz. 21 pulgadas

miércoles, 2 de mayo de 2012

"madre primeriza, embarazo multiple y parto prematuro"

24 de febrero de 2009, mi primer mes de embarazo y primer ultrasonido para ver como estaba mi bebe. Después de una pequeña entrevista con el médico, recostada en la cama del consultorio, el ginecólogo pone un gel, muy frío por cierto, comienza a buscar al bebe, y sus primeras palabras: pues sí, si esta embarazada pero de gemelos. y mi reacción fue reír y reír y reír y seguir riendo, de nervios, de alegría, de miedo, de sorpresa que se yo y enseguida se me borro cualquier imagen de mi mente, y después de un respiro hondo y no se cuanto tiempo de risa a carcajadas traté de tranquilizarme para que pudiera continuar el doctor con la revisión.
Ya con algunos problemas de salud, jamás pensé que pudiera siquiera quedar embarazada y menos aún de gemelos, mientras escuchaba sus latidos de corazón me imaginaba la cara de Luis, mi esposo, al darle la noticia. Salí del consultorio y le enseñé la fotografía del ultrasonido a mi hermana y amiga sin decirles que eran dos, deje que vieran la foto y a ver si por su cuenta lo concluían, pero cualquier persona que nunca ha tenido que ver un ultrasonido podría entender esa imagen obscura y llena de letras y datos médicos, pero en fin, dice mi hermana con una sonrisa y algo desconcertada: "mira, aquí le pusieron bebe A y bebe B como si fueran dos" me miraron y yo con mis ojos llenos de lágrimas no dije una palabra, sonreí y sólo preguntaron: ¿son dos
¡pero por qué lloras mensa! Nos abrazamos, lloramos, reímos y hasta contagiamos el llanto a las personas que esperaban su turno.
Después de ellas los siguientes en saberlo fueron mis papás, que dicho sea de paso estaban molestos conmigo porque estaba a punto de terminar mi carrera y no estaba casada, algunas mujeres sabrán de esta situación y el sentimiento de culpa por no haber cumplido con sus espectativas como hija. Bueno, pues el que fueran gemelos solucionó ese resentimiento que había en mis papás, estaban contentisimos y ansiosos de esperar tenerlos ya con ellos.
Al contárselo a mi esposo también fue algo chuzco porque él lo había pronosticado ya el que tendríamos gemelos, así que sólo le dije: 
¡le atinaste, son dos! y de nuevo volví a llorar. Fue hasta que llegue aquí, en mi cuarto mes de embarazo, que me enteré del sexo y más contenta no podía estar, eran una hembrita y un varón, así o más suerte.


3 de julio de 2009, 26 semanas de embarazo. Por la mañana, mientras preparaba el lonche de mi esposo sentí ganas de orinar, raro porque ya lo había echo unos minutos antes pero bueno, regrese del baño y sentía como si se me estuviera saliendo de nuevo la pipis sin que yo lo pudiera contener, regrese al baño y me coloque una toalla femenina, ¿qué pensaba? no me lo pregunten sólo lo hice así. Ya de regreso y en la preparación del lonche que nadamas no terminaba, entró mi suegra a la cocina y dando los buenos días ella siempre preguntaba que cómo estaba o cómo había amanecido y le conté lo que pasaba, creanme que jamás imagine que había "quebrado la fuente" nadie te dice como es eso, y en mis citas al doctor ni siquiera me lo habían comentado porque no era tiempo aún de prepararme para parir. Tere (mi suegra) regresó y muy tranquila me dijo: "deja ahí y si quieres cambiate para que vayas al hospital" y en voz baja le decía a mi esposo que se me había reventado la fuente, obviamente él menos que yo sabia el significado de esas palabras, fue ahí cuando al mirar mi cama que sólo de estar por menos de 10 segundos sentada la dejé empapada y comence a asustarme. Rápido nos fuimos al hospital y desconcertados no sabíamos lo que nos esperaba. Saben lo que es ver que entran y salen doctores, enfermeras, especialista en no se que, con máquinas para revisarte la presión, cintas por toda mi barriga midiendo y captando todo lo que pasaba en mi vientre, una trabajadora social haciendo preguntas de todo a todo, firmando papeles para deslindar responsabilidades a quienes me atendieran y lo peor de todo en ¡INGLES! es una desesperación de no saber que está pasando, porque aunque estaba ahí mi esposo y él me enteraba de lo que decían yo quería saberlo todo.
Pues por fin después de más de 4 horas entró el doctor -uno de tantos- y me dijo que ya no podían dejar a mis bebés por más tiempo en mi vientre y necesitaban de sacarlos. Nunca creí sentir tanto miedo e incertidumbre hasta ese momento, me encomendé a Dios y sólo les dije que si ellos creían que estaban mejor estando fuera de mi pues hicieran lo que estuviera en sus manos para mantenerlos con vida.
En menos de 30 minutos pasó todo, me prepararon, entre al quirófano y había gente caminando por todos lados esperando a mis bebes; yo cómo imaginan que estaba, si, llorando al igual que mi esposo, aunque diga que no. La primera en salir fue mi princesa que lloraba como un gatito y yo sólo la escuchaba y ni siquiera la pude ver porque se la llevaron en la encubadora a terapia intensiva, y luego de 1 minuto sale mi principe mayor que también lloraba con una fuerza descomunal y eso era lo que quería en ese momento, que lloraran para estar segura que estaban vivos.
Desde ahí sentí que mi corazón se desprendía de mi pecho y se iba en esas cajas transparentes llenas de cables, mangueras, luces y sonidos raros. Un enorme suspiro salio de mi y solamente oraba para que Dios me los cuidara y me permitiera poder verlos crecer y darles todo el amor que una madre tiene para sus hijos.



                                                                              Rebekah Salas, 2 lbs. y 2 oz./ 12 pulgadas
 Izac Salas, 2 lbs. y 2 oz./ 12 pulgadas