"ser madre"

"No es fácil", palabras sabias de una mujer, y las cuales mencionaba en cada una de sus conversaciones para justificar sus acciones.

viernes, 4 de mayo de 2012

Soy una mamá preocupona

"Déjalo, así va a aprender..."  Esta es una de las frases que usa mi esposo cuando mis hijos están peleando por algo, se acaban de caer o están a punto de hacerlo. Desde que nacieron mis gemelos me hice una mamá  preocupona, muy preocupona para algunos. Les he contado que tuve un parto prematuro de 26 semanas, fueron gemelos y por esa razón tuvieron que estar en el hospital al rededor de 3 meses y dos de ellos en incubadoras, llenos de cables que los ayudaban a mantenerse con vida; yo pasaba horas con ellos, desde las 9:00 a.m hasta las 6:00 pm -a veces más, a veces menos- por el cambio de turno de las enfermeras regresaba a la casa de las 6:00 a las 8:00 -ya que no se permitian las visitas- con decirles que hasta las enfermeras me pedían que me fuera a descansar, -y ¿de qué descansaba? Si hubiera sabido lo que me esperaba cuando llegaran mis hijos a casa, probablemente habría hecho caso- y cuando salia mi esposo del trabajo ibamos otro ratito en las noches. Bueno el punto es que yo me preocupaba "porque sonaba la maquinita y aparecía una luz titilante en la pantalla", mi ansiedad para que vinieran a ver lo que pasaba la reflejaba en la mirada, "ya le cambiaron  la incubadora... ¿por qué lo harían? ¿qué tiene de diferente ésta que no tuviera la otra?", "ya pasaron las 3 horas y no han venido a cambiarlos de posición"... Cuando empezaron a comer por su boca, me temblaba la mano al sostenerlos y tratar de darles su biberón, tenía que estar mirándolos todo el tiempo para que no se fueran a atragantar con la leche; cuando los ponía a repetir, me enseñaron a sostenerlos en una posición que a una madre de por lo menos 55 años o más se infartaba si me vieran como lo hacía. Al llevarlos a casa, como ya no había aparatos que me avisaran con sonidos ni luces que estaba bajado su ritmo cardiaco, por las noches me despertaba cada 15 minutos para cerciorarme que estuvieran respirando. Conforme fueron creciendo se hacía más constante mi preocupación, "ya le esta saliendo moquito, creo que voy a llevarlo al doctor", "no se tomó las 4 onzas! no puedo dejar que se duerma sin que se haya tomado toda su leche", "ya lleva como 5 horas seguidas durmiendo, lo voy a despertar para que coma", " ¡oye no! esta haciendo un frillazo y yo como voy lo voy a sacar así, deja le pongo unas dos cobijas sobre el porta-bebé", sin contar lo arropados que ya los traía.
Yo no se si todas las mujeres sean así cuando comienzan a ser mamás, pero son situaciones que me parecían tan preocupantes que en ocasiones de verdad que me quitaban el sueño.
Pensaba que al tener a mi tercer bebé iban a cambiar un poco las cosas pero seguían igual -bueno exagero, si disminuyeron las angustias-. Cuando llegó Joel, mi niño que pesó 8 lbs (al rededor de 4 kgs) al nacer, practicamente a término, estaba muy sano y de igual manera me despertaba por las noches a asegurarme que estuviera respirando, que no durmiera tantas horas seguidas para poder darle de comer, que estuviera bien tapado cuando salieramos, situación por la que me preocupo hasta la fecha y él hasta se destapa solito.
Una mamá, siempre se preocupa por sus hijos, y se ocupa de ellos, algunas otras exageramos nuestra angustia pero es una cualidad que viene incluida en el paquete de ser mamá.
Cuando comenzaron a caminar, todo el día estaba con "el Jesús en la boca" -y una que otra palabrota, para quienes saben como me las gasto para hablar-, cuando empezaron a comer solitos me preocupaba porque se comieran todo lo que les había servido, cuando salían con las tías o abuelos y yo no estaba presente, esperaba a que llegara la hora en que regresaran a la casa: "¿les darían de comer?", "¿les habrán cambiado el pañal?", "es su hora de dormir, ojalá que si hayan dormido porque sino van a andar bien latosos después". 
Conforme van creciendo los hijos las preocupaciones cambian, mas no disminuyen, y creo -aunque no puedo asegurarlo porque nunca tuve la oportunidad de ser madre de un solo hijo- que es la misma pesadumbre por cualquiera de tus niños, sea hombre o mujer, sean 1, 2, 3 o más.
A veces desearía convertirme en una criatura mitológica, con más de dos manos que además fueran flexibles y expandibles, ojos que pudieran salir de mi cabeza y lograr ver lo que hacen mis hijos cuando no están a mi alcance, lograr alcanzar velocidades inimaginables para estar justo a tiempo cuando mis hijos me necesitan. Y que decir de las vacunas, si supieran las pobres enfermeras lo que pasa por mi mente cada vez que les pone las jeringas en su cuerpecito... El aspecto de la salud me hace todavia más preocupona que cualquier otra cosa.
Los consejos de otras mamás siempre son de ayuda, aunque hay algunos que realmente ni siquiera te tomas la molestia de poner en práctica. Nadie estamos exentos a que nos suceda algo, por más seguridad con la que se cuente, los accidentes y las desgracias pasan y lamentablemente no tenemos cómo impedirlo, pero si podemos prevenir muchas de estas preocupaciones. 
Ahora retumban en mi cabeza las palabras que mamá decía: ya tendrás tus hijos y entonces sabrás el dolor que siento cuando algo te pasa. O eso que hacía mi madre de esperarme despierta por las noches mientras yo andaba de fiesta o simplemente fuera de casa y tener la incertidumbre de no saber lo que pasaba conmigo, solamente de pensar que llegue ese día sacudo mi cabeza rápidamente, como para hacer que se vaya de mi mente esa imagen y no se convierta en realidad. 
La preocupación por los hijos no va a desaparecer y sólo nos queda hacernos las fuertes y valientes para no desfallecer de terror.



1 comentario:

  1. me refleje mucho con tu artículo, creo que soy igual de preocupona que tu!! tengo a mi bebe hermosa de 1 año 5 meses y vivo para que esté bien!!! quiero ser la mejor mamá y darle lo mejor!! me angustio demasiado porque esté bien cuando se enferma, con lo que come, cuando la cuida alguien mas.....creo que esto es parte de ser mama

    ResponderEliminar